Con su suelo árido y su paisaje inhóspito, el Priorat (Tarragona) ha sido tradicionalmente una de las comarcas más pobres de Cataluña. A fines de la década de 1970, nadie dio un centavo por los planes de un grupo de visionarios para revivir la otrora próspera industria del vino. Y sin embargo lo consiguieron: el Priorat es ahora una de las regiones vitivinícolas más importantes del mundo.
España tiene actualmente solo dos DOCas, la calificación más prestigiosa de España, a saber, Priorat y Rioja. La comarca del Priorat presenta un paisaje montañoso agreste y espectacular, con estrechos bancales de viñedos en fuertes pendientes. El 'suelo de piel de tigre', aquí llamado llicorella, consiste en pizarra roja con pequeñas partículas de mica (cuarzo) que reflejan fuertemente el sol. Viñas viejas de cariñena y garnacha con rendimientos bajísimos forman la base de uno de los vinos tintos más potentes y concentrados de España. Las vides arraigan profundamente en las fisuras del suelo de pizarra, en busca de agua y alimento. Es como probar este último instinto de supervivencia de la uva en el vino mismo. Con tanto carácter, el Priorat es uno de los mejores y más caros vinos de España y se vende en todo el mundo.
La comarca del Priorat se encuentra en la provincia de Tarragona, a media hora en coche de la ciudad. Hay muchas maneras de experimentar su cultura del vino. Varias bodegas ofrecen preciosas visitas y catas, como con nuestros amigos de Prior Terrae donde tanto el vino como el entorno son realmente magníficos. En cuanto a la cultura, es obligada la visita a la Cartuja de Escaladei, donde desde 1194 hasta 1835 sus monjes difundieron el cultivo de la vid. Una visita a los viñedos se puede combinar fácilmente con un hermoso paseo por la montaña. Por ejemplo, el precioso vino del Priorat GR-174 lleva el nombre de la ruta de senderismo del mismo nombre. Ver también el útil sitio de turismepriorat.org
Priorat puede ser un nombre familiar en el mundo del vino hoy en día, pero nadie habló de él hasta principios de los 90. Es cierto que la facultad de enología de renombre mundial de la Californian Davis University ya había escrito a principios de los años 80 que Priorat tenía el "mejor terruño del mundo". Pero todos se rieron de eso. ¿Quieres hacer los mejores vinos aquí? ¿En esta región de agricultores pobres donde literalmente hay que cortar la pizarra en fuertes pendientes para plantar vides?
Pero en los años ochenta todo cambió por culpa de unos amigos, apasionados del vino. Creían firmemente en el subsuelo mineral único de la pizarra, que limita los rendimientos y obliga a las vides a buscar muy profundo su alimento. Las primeras cosechas fueron prometedoras, pero sus recursos financieros eran limitados. Además, sus fuertes egos chocaron y cada uno estableció su propio dominio a principios de la década de 1990. Sin embargo, el movimiento había comenzado y era imparable.
En muchas fincas familiares que solo cultivaban uvas para la venta, una generación más joven comenzó a hacer su propio vino. Un activo importante aquí fueron las vides de garnacha y cariñena de 50 a 100 años, que a menudo se descuidaron pero que fueron "restauradas" a gran escala.
El Priorat vivió un verdadero renacimiento. La demanda aumentó, especialmente del extranjero, y los precios aumentaron con la demanda. Las fuertes pendientes, el suelo de pizarra y los bajos rendimientos hacen que un vino del Priorat nunca sea realmente barato. Pero también que la calidad puede ser muy alta y que todo se ve obligado a seguir siendo de pequeña escala y artesenal.
Hace unos años se presentó en IDFA un maravilloso documental sobre el Priorat. El tráiler en sí (ver video de arriba) ya es hermoso. En este documental, enólogos, admiradores y los propios viticultores implicados (ahora rebautizados como 'Los Cinco Magníficos') cuentan la especial historia del vino del Priorat. De aquellos primeros años difíciles, cuando los bancos no se atrevían a prestarles dinero a los cinco; y sobre el ascenso meteórico que siguió, cuando el periodista de vinos más importante del mundo decidió abrazar su producto y el mundo del vino estuvo a sus pies de la noche a la mañana. “Puedes hacer un gran vino y puedes tener el mejor marketing”, dice una de las bodegas, “pero el mejor vino es un vino con una historia”.
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